En nuestra vida, existen ciertas herramientas para que podamos controlar nuestro apetito.
Es de suma importancia regular el hambre, la saciedad , pero sobre todo controlar la ansiedad.
Por ejemplo, ¿Sabías que lo que comemos se integra en un conjunto de sistemas orgánicos que envían señales de diferente naturaleza al hipotálamo?
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Este, está situado en la base del cerebro, que ejerce las funciones de «torre de control».
En el interior del hipotálamo se pueden encontrar cinco núcleos interconectados que intervienen en la regulación del apetito y que reciben señales del organismo con orígenes distintos, algunas inhibidoras y otras estimuladoras del apetito.
Aprende a diferenciar el apetito y la saciedad
Nuestra alimentación suele tener episodios discontinuos de ingesta que alterna momentos de hambre y de saciedad.
A continuación te explicamos las diferencias:
- Hambre: Es la necesidad de ingerir alimentos que aparece cuando se generan diferentes señales como, por ejemplo, un nivel bajo de glucosa en la sangre o un aumento de la secreción de hormonas.
- Saciedad: Surge durante la ingesta debido al efecto acumulativo de señales inhibidoras inducidas por la entrada de los alimentos.
Por otra parte, el mecanismo de la saciedad se estructura en una doble respuesta:
- Inicial: Respuesta a corto plazo, que hace que se deje de comer.
- Final: Respuesta a más largo plazo, que permite esperar hasta la ingesta siguiente. Las diferentes señales que contribuyen a la duración y a la intensidad de la saciedad constituyen la «cascada de la saciedad».
Factores a tener en cuenta
- El apetito se controla a partir de señales del tubo digestivo, de las reservas de tejido graso, de la acción de hormonas gastrointestinales y de regiones cerebrales concretas que generan una respuesta global partiendo de informaciones metabólicas, aspectos emocionales y el entorno.
- Esta regulación se produce en el centro receptor y emisor de señales que inducen a comer o no se integra en el hipotálamo, situado en la parte baja del cerebro, y en sustancias periféricas: Hormonas y péptidos como la colecistoquinina, nivel de glucosa, ácidos grasos en sangre o el neuropéptido.
- En ocasiones, cuesta discernir cuándo se come por hambre física o por vacío emocional.
- Existe el denominado apetito emocional que determina, por ejemplo, la cantidad de la ingesta.
- A menudo el aburrimiento incide en un aumento de las ganas de comer, mientras que la tristeza tiende a reducirlas.
- El apetito supone un deseo selectivo de la ingesta, es decir, nos induce a comer repetidamente algo que nos apetece con el objetivo básico de gratificarnos y no solo de alimentarnos.
- El apetito vendría regulado por factores de origen básicamente psicológico.
- La grelina es una hormona segregada fundamentalmente por el estómago que estimula la ingesta.
- Su efecto es inmediato y aparecen altas concentraciones de la misma cuando se tiene hambre, y bajas cuando no se tiene.
- Sus niveles se incrementan cuando se adelgaza y disminuyen con la obesidad.
- La leptina es producida mayoritariamente por las células grasas del organismo y es detectada por los receptores del hipotálamo.
- Esta hormona se encarga de dar la señal de que el cuerpo tiene buenos niveles de tejido adiposo (energía) y señala que se ha comido lo suficiente.
Así que ahora ya puedes controlar tu apetito de la mejor forma,